Archivo de la categoría ‘Escenarios Increíbles’

Un primer vistazo a WMB – World’s Most Beautiful!

 

¡Hola amigos!, aquí tenéis una ojeada de algo realmente “cool” que mi equipo y yo hemos estado realizando durante todo el año pasado. Es el proyecto más gratificante en el que jamás he trabajado y, seguramente, el más divertido que he experimentado como artista. Mi profundo agradecimiento a todos aquellos involucrados en él, muchos de los cuales, con toda probabilidad, sean rostros conocidos para todos vosotros… más detalles próximamente… ¡Disfruta!

 

¡E! News Publica La Historia de World’s Most Beautiful 3D!

Gracias a la ayuda de mis maravillosos amigos de E! News, ¡se ha revelado el secreto! El mundo entero se ha enterado ya de la existencia de WMB 3D: World’s Most Beautiful! ¡La noticia E! El anunció online se produjo en la emisión de máxima audiencia de E! News lo que nos proporcionó semejante tráfico, que se bloqueó la familia entera de servidores de Slickforce. Gracias a mi equipo técnico estelar volvimos a la red en cuestión de minutos. Eso es lo que se llama un problema mínimo.

 

 

¡Consulta el comunicado de prensa oficial de E! News aquí!

En La Cima del Mundo con el PhotoKamp 2

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El mes pasado celebramos nuestro segundo PhotoKamp en Los Angeles, con estudiantes procedentes de todo Estados Unidos – incluyendo dos graduados del PhotoKamp I, e incluso, este año, tan lejos como desde el Reino Unido, lo cual fue tan sorprendente como halagador. El taller de fotografía, con una duración de tres días, está diseñado para enseñar a estos prometedores fotógrafos cómo combinar la fotografía profesional y el equipo de iluminación,  cómo dirigir a las modelos para obtener los resultados deseados y cómo iluminar objetos en situaciones difíciles.

 

El viernes por la noche, llevé a los fotógrafos a la azotea de un rascacielos en pleno centro de la ciudad, donde capturaron el horizonte de LA desde el atardecer hasta la noche con unos resultados realmente increíbles – especialmente en una era en la que incluso las cámaras no profesionales poseen sensores con tamaños respetables, latitudes ISO robustas y capacidad para realizar exposiciones prolongadas. Después de la sesión en la azotea, nos dirigimos a un área más cálida donde mi increíble equipo había organizado una cena donde los estudiantes y yo disfrutamos de una charla informal con todo tipo de preguntas y respuestas.

 

El sábado, nos reunimos en SlickforceStudio para realizar una lección en detalle sobre cómo operar e iluminar con un equipo profesional. También hablamos sobre las opciones y montajes, de los más caros a los  más baratos que nos permitirían crear iluminaciones sorprendentes por menos de $100. Es siempre muy divertido ver a los estudiantes cavilando completamente concentrados según van aprendiendo lo que un nuevo equipo es capaz de hacer y cómo contemplan excitados los montajes de iluminación creados con sus nuevos conocimientos. Cada estudiante después rota entre las posiciones de fotógrafo, ayudante de cámara/técnico, ayudante de iluminación y operador de ventilación (que es siempre el más divertido). Durante todo el sábado, posaron dos modelos para los fotógrafos, permitiendo a cada estudiante tener dos horas completas al día como fotógrafo, encargándose del montaje completo. Ellos elegían el vestuario de las modelos, dirigían su equipo y al personal de maquillaje y peluquería, experimentando con la iluminación y la creación de diversos montajes.

 

El domingo, nos levantamos temprano y nos dirigimos a Ultimate Graveyard en el Desierto de Mojave. Dos nuevas modelos se unieron a nosotros, y después de ser maquilladas y peinadas, mostré a los fotógrafos las diferentes soluciones para tratar la dañina luz solar y los contrastes extremos, cómo asegurar el equipo en entornos climáticos desfavorables como los vientos fuertes, así como usar generadores in situ. Todo el mundo se lo pasa siempre genial en el desierto, y no hay nada mejor que ver a los nuevos fotógrafos emocionarse con lugares tan interesantes como este, igual que me ocurrió a mí desde el primer día que tuve una cámara entre mis manos.

 

Para obtener más información y fechas de futuros eventos, ¡visita la página de PhotoKamp!

 

¡Mi agradecimiento especial a Kevin Savarese por coordinar el fin de semana y a todo el equipo de SlickforceStudio por su apoyo permanente, así como a Joyce Park &  Derek Eskridge por estas fantásticas imágenes!

Diario de Viaje: VENEZUELA – Días de Ocio & La Tormenta Perfecta

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Aún recuerdo cuando me iba haciendo más mayor, viendo el desfile de Miss Universo, siempre pensaba ” ¿Por qué Miss Venezuela es siempre tan sexy?” Estaba claro, ya desde entonces, que mi primer viaje a Sudamérica iba a ser a Venezuela.

 

No sabía demasiado sobre el país antes de mi viaje, tan solo que probablemente iba a encontrarme con paisajes maravillosos e incluso personas muy atractivas. Y estuve acertado en ambas cosas. Los venezolanos son extremadamente amables y abiertos y el tiempo fue…bueno, diría perfecto, pero cuando te encuentras justo encima del ecuador, a veces es tan húmedo y hace tanto calor que sudas hasta por las cejas. Así que digamos casi perfecto.

 

Aunque todo el país en general es impresionante, encontré algunos lugares absolutamente mágicos. El primero, fue que todavía existen playas secretas, como en aquella película de Leonardo de Caprio, The Beach. Cogimos un barco en la costa y nos encaminamos a mar abierto en dirección hacia Puerto Rico. En el camino, pasamos un escalofriante santuario de aves en una isla enorme dónde está estrictamente prohibida la presencia humana. Intentad imaginaos esto: miles de pájaros circulando en una isla, aves de todo tipo, colores y tamaños. Además había unas con aspecto de buitres agresivos (lo siento, no soy ornitólogo) haciendo guardia alrededor de todo el perímetro de la isla. Te miraban como diciendo, “Sabes que aquí no puedes entrar, ¿verdad? ¡Así que andando!” Si mirabas por encima de los terribles vigilantes (imágenes superiores), era como Parque Jurásico por dentro. Aves jugando, persiguiéndose unas a otras sin importarles el mundo.

 

Pasamos el reino de las aves y continuamos en el barco unos 30 minutos más y entonces, un pequeño punto apareció en el horizonte y pronto se convirtió en una isla y según nos íbamos acercando se veía un montón de gente de fiesta en el océano que rodeaba esta isla. De nuevo, no en la playa, sino en el agua cristalina del océano. Lo más sorprendente es que estaban bebiendo licor, sirviendo comida y hasta vendiendo bisutería y gafas de sol con bandejas de espuma en el océano. ¡Incluso un tipo pasó mi tarjeta de crédito desde una bandeja flotante! ¿Cómo es posible? Era una comunidad entera en el mar… como Atlantis, pero sin las sirenas y los castillos debajo del agua. Así que si Atlantis tuviera una pequeña sucursal, sería seguramente así. Desde luego… mágica.

 

 

El siguiente acontecimiento visual increíble, que ocurrió completamente por casualidad, fue una sorprendente tormenta eléctrica, de las que nunca había visto en mi vida. Comenzó alrededor de las 2am, así que me subí a la azotea de mi hotel e hice algunas exposiciones prolongadas. A posteriori, ojalá hubiera podido acercarme más (¡con las lentes, idiota!) pero nunca sabes donde va a estallar la luz así que decidí abarcar las tomas con bastante amplitud.

 

Tenía la esperanza de visitar las Cataratas Angel, que son las más altas del mundo, pero cuando descubrí que llevaba una semana completa ir y volver con muchos tramos de trekking, comprobé que no tenía tiempo suficiente en este viaje. Así que estoy deseando volver de nuevo.

 

 

Mi agradecimiento especial a las maravillosas Daniela y Dayda por ocuparse de mi en Valencia y a Roberto por la estancia en Tuacacas. Tengo la suerte de tener un gran número de amigos maravillosos en todo el mundo.

Diario de Viaje 2010: KENIA – Bosques Sagrados y Monos

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Aunque ciertamente encontré mi safari y mi experiencia viviendo con los Maasai absolutamente indescriptibles, debo confesar que si tuviera que resumir mi viaje a Kenia en una palabra, la respuesta sería muy sencilla: monos.

 

Mi cabaña en la playa, a pesar de estar a pocos pasos del Oceáno Índico, estaba rodeada de árboles gigantes – palmeras, baobas y manglares – que eran los hogares de un montón de familias de monos. Éstos son siniestramente inteligentes, y te observan – te estudian – como si fueran mini-humanos cínicos, intentando determinar si eres algo de lo que deban tener miedo o no. Para mi sorpresa, me hice amigo de algunos de los monos Sykes grises – los monos Colobus blancos y negros no me prestaban demasiada atención. Al final de mi viaje, podía entrar en el porche de la cabaña, hacer un tipo de llamada salvaje y media docena de monos aproximadamente literalmente se dejaban caer de los árboles colgados de sus colas en el porche. Se sentaban allí, esperando pacientemente, como los perros pero sin ladrar, hasta que sacaba fruta de una bolsa – que la cogían de mi mano y luego se sentaban tranquilamente para comérsela. Nunca había visto algo parecido. Totalmente encantados comían bananas, manzanas….e incluso ¡galletas! La pura interacción solo con los monos dejó mi experiencia en el safari más como algo puramente turístico.

 

Decidí también hacer una visita a Kaya Kinondo, uno de los bosques sagrados secretos en los que está inspirada Avatar. Los árboles no parecían de este mundo, con raíces creciendo en todas direcciones, incluso hacia arriba. El bosque contenía árboles medicinales, plantas y especias utilizadas para cocinar e incluso algún follaje utilizado para los rituales de los dioses. Era un lugar en paz, y ahora entiendo por qué generaciones de las tribus Digo han encontrado su centro espiritual aquí.

 

Cuando volví a mi cabaña en la playa esa noche, me encontré el sitio todo revuelto y supe que alguien había entrado. Extrañamente, mi cámara y mi portátil estaban allí, pero tiradas por los muebles había mondas de bananas. ¿Quién había entrado en mi casa, pensé, que se había comido todas mis bananas y había dejado una Canon 5D? ¡Estaba claro! Me habían robado los monos!

 

ÍNDICE:
Imágenes superiores: Kaya Kinondo, Un mono Sykes comiendo mis galletas
1-5: Kaya Kindondo, el bosque secreto
6: Mi cabaña en la playa en Diani
7: Monos Colobus blancos y negros
8-14: Mis amigos Sykes comiendose toda mi comida

 

Diario de Viaje 2010: KENIA – La costa y las noches en África

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Puedo afirmar con seguridad que la costa keniata es lo más cercano al paraíso que he visto. Después de mis excursiones alrededor de Nairobi y más hacia el interior, decidí dirigirme a la costa buscando algo más de tranquilidad. Cogí un tren nocturno  de Nairobi a Mombasa, que fue sorprendente… en uno de esos coche-litera desvencijados… me sentía como si estuviera en el Orient Express. Para mi gusto, Mombasa era un lugar demasiado comercial y con mucha gente, así que me dirigí hacia el sur a la playa de Diani, a una hora más o menos de la frontera con Tanzania. Una vez allí, supe en unos minutos que había encontrado exactamente lo que estaba buscando.

 

Alquilé una cabaña en la playa con dos habitaciones, a tan solo unos pasos del Océano Índico, por menos de $50/noche. No me lo podía creer. Todas las mañanas, un pescador llamado Ali venía a la puerta y me vendía pescado fresco y compraba frutas y verduras directamente de los granjeros locales. Nunca había probado la fruta de la pasión e instantáneamente se ha convertido en mi fruta favorita para siempre. Era el menú más saludable que jamás haya comido. Alrededor de Diani había muchos santuarios salvajes. Entre ellos se encontraba Shimba Hills, donde logré ver el raro ejemplar del antílope negro, que se encuentra en solo dos lugares del mundo. De todos modos, tuve que recordarme a mí mismo que había venido aquí a relajarme, así que decidí no quemarme intentando ver demasiado.

 

Las playas eran perfectas, largas, de arena blanca y ni un alma en ellas, salvo algunos vendedores de baratijas. El océano estaba increíblemente caliente, así que cuando no estaba relajado en la playa, me dedicaba a bucear durante horas. Hice un montón de amigos en Diani – la gente es realmente sincera y hospitalaria. Incluso logré encontrar un grupo parecido al de mis amigos en casa, lo que a menudo me hacia olvidar que estaba al otro lado del globo.

 

 

No hay palabras para describir las noches en la costa. Simplemente, echa un vistazo a las imágenes y comprenderás por qué. No había prácticamente ninguna luz que contaminara la visión de las estrellas más brillantes y la realización de la fotografía astral más increíble. Cada noche iba a ciegas desde mi cabaña a la playa, donde montaba mi cámara para hacer unas tomas nocturnas indescriptibles. No me podía creer las exposiciones que estaba consiguiendo. Todo ello consolidó aun más mi amor por Kenia.

Tutaonana, inshallah.

 

ÍNDICE:
1-4: Tren nocturno hacia Mombasa, la segunda toma es una exposición de 30 segundos a las 3am.
5-8: Shimba Hills, saltamontes, antílope negro, elefantes
9: Mi cabaña en Diani
10: La vista desde mi casa en la playa
11-15: Mi santuario oculto, playas de arena blanca
16: Mis amigos en Diani: Didi, Gitz, Sidney, Ali Khan
17-21: Atardecer en la costa keniata

Diario de Viaje 2010: KENIA – Viviendo con los Maasai

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Lo recuerdo claramente. Tenía 8 años y estaba en la biblioteca de la escuela elemental Pleasant Plains ojeando mi primera National Geographic, y ahí es cuando los vi – mi primera tribu africana. Lo supe desde ese momento: Tengo que ir a conocerlos – quiero vivir con ellos, aprender su idioma, vestir como ellos y hacer lo imposible para convertirme en uno más de la tribu. Bueno, al fin y al cabo ese era mi sueño.

 

Así que el mes pasado, mientras estaba en el safari de la reserva salvaje del Masai Mara en Kenia, le pregunté al conductor si me podía poner en contacto con el jefe de uno de los pueblos locales (mzeé). Pensó que estaba loco, pero al final lo consiguió sin demasiados problemas. Me encontró un guía que no solo vivía cerca de una tribu Maasai (manyatta), sino que además hablaba un poco de inglés gracias a que había trabajado por las noches en un safari como guarda de seguridad. Quedé a la mañana siguiente con él, se llamaba Meingati, y me presentó al hijo del jefe, Kamwana (el jefe estaba visitando a unos amigos en otro pueblo). Kamwana me dijo el precio por estar en el pueblo durante una hora y hacer algunas fotos, pero le dije educadamente, “no gracias – yo quiero vivir con vosotros de verdad…” Así que finalmente aceptó que me quedara en la tribu durante dos días, y solo me costó una vaca.

 

Mis nuevos amigos me dieron la bienvenida a la aldea de Oltepesi. Me presentaron a los miembros de la tribu y me enseñaron las típicas cosas que muestran a los turistas, es decir, como hacer fuego y algunas danzas tribales, incluido el salto ceremonial, donde los hombres compiten para conseguir esposa comprobando quién alta más alto (en serio). Finalmente, logré convecerles de que no necesitaban entreterneme – solo quería hacer, si podía, lo que ellos hicieran. Así que, nos adentramos en la selva, siguiendo un antílope por los restos de sus heces, limpiándose los dientes con ramas deshilachadas, sentarnos en la sombra evitando el calor del sol y durmiendo un rato. Después nos fuimos al mercado Maasai, que solo ocurre una vez por semana – tuve mucha suerte de presenciarlo. Cientos, sino miles de Maasais vienen de todas las aldeas, incluso desde Tanzania, para intercambiar, regatear y comprar de todo, desde cabras y vacas hasta armas (dagas, lanzas, arcos y flechas, ¡INCREÍBLE!, me parecía que estaba jugando a Dragones y Mazmorras). Conocí a muchos amigos, algunos desde tierras muy lejanas, y TODOS, extremadamente amables. Aproveché esta oportunidad para aprender un poco del idioma Maasai (Ma), que es totalmente diferente del Swahili que se habla en Kenia. Entre mis palabras favoritas estaba”Ero Sopa” (un “hola” coloquial), “Ashi ashi” (gracias), y “Olesére ölcheré” (adiós, amigo).

 

Cuando volvimos al pueblo, estuve jugando con los niños durante más de dos horas. Me sorprendió ver que algunos de ellos entendían un poco de inglés. Me di cuenta de que muchas tribus indígenas están en peligro de extinción cultural, tal vez más que los animales en las planicies vecinas. Esa noche, bebí leche de cabra de una calabaza gigante tallada, escuché canciones tribales y dormí en una piel de vaca flotante estirada entre cuatro pértigas –  fue una de las noches más relajantes de mi vida. La vivienda en la que estuve estaba increíblemente bien construida, realizada por las mujeres de la aldea que se ocupan de todas las construcciones y que han levantado la aldea entera con sus manos. Ahí estaba tumbado en mi cama de vaca, asombrado por las maravillas del mundo, y enamorado de todo lo que estaba viviendo. La fresca brisa nocturna hizo que me durmiera en unos minutos.

 

A la mañana siguiente, Kamwana vinó a mi cabaña. Era una persona muy segura de sí misma, además de otros muchos en la aldea, poseía esa seguridad propia de aquel que sabe que algún día será el próximo jefe de la tribu (y tendrá cinco esposas). Me dio un brazalete Maasai, tejido minuciosamente de manera muy bella cuenta por cuenta, y un shúká, la capa tradicional que llevan los hombres. Además me puso un nombre Maasai: Sarúni, que significa “el que ayuda”. Me marché justo antes de que cayera la noche del segundo día, agradeciendo a mis amigos todo lo que habían hecho por mí  y deseándoles lo mejor del mundo – esperando que no sea la última vez que nos veamos. No hice todas las fotos que pensé que iba a hacer. Sentía que un bombardeo de fotos habría convertido mi experiencia en simplemente un circo y quería que fuera lo más genuino posible. En ocasiones, solo necesitas apagar la cámara y vivirlo de verdad.

 

El tiempo que pasé con los Maasai fue un momento determinante en mi vida, porque simbolizó la realización de un sueño de la infancia. Solo espero que estas tribus todavía estén allí durante mucho tiempo para que las futuras generaciones también puedan soñar. Olesére, ölcheré.

 

INDICE:

 

IMÁGENES SUPERIORES: (1) Niño Maasai en Oltepesi, (2) mi guía, Meingati

 

FILA 1
1: (izd. a dcha) Meingati, Kamwana, Yenku, desconocido
2: Una niña en la aldea y una casa tradicional Maasai
3: Las mujeres Maasai realizando una danza ceremonial
4: Kamwana haciendo fuego
5: Mirando a Tanzania
6: Dándome la bienvenida en la aldea
7: Dentro del hogar de Kamwana (30 segundos de exposición…. estaba totalmente oscuro hasta que se te ajustan los ojos)

 

FILA 2
1: Bebiendo leche de cabrra de una calabaza tallada
2: Yenku
3: El futuro jefe, Kamwana (derecha)
4-7: Niños de la aldea Oltepesi

Diario de Viaje 2010: KENIA – Safari en el Masai Mara

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Varias veces al año, me fuerzo a salir del país. Cuando lo hago, vuelvo a reunirme con lo que para mí son las cuatro erres fundamentales: una posibilidad de relajarme, reflexionar, re-enfocar la energía y recordarme a mí mismo por qué trabajo tan duramente.

 

Esa primavera he pasado un mes en Kenia y dos días después de aterrizar, estaba subido en un autobús camino del Masai Mara, la enorme reserva salvaje entre la frontera de Kenia y Tanzania. Al fin y al cabo, ¿cómo puede un fotógrafo que se precie dejar pasar la oportunidad de ver a los animales salvajes más grandes de la tierra en su hábitat natural?

 

Me traje la Canon 5DII a este viaje, porque la Hassy era demasiado grande e inflexible para este tipo de escenarios. Además estaba muy contento con los resultados de la Canon en mi viaje a Marruecos del año pasado. Realmente me quedé sorprendido de ver que casi todo el mundo en el safari hacía tomas con pequeñas cámaras digitales automáticas, salvo los siempre bien preparados turistas japoneses.

 

El conductor de mi jeep, Lawi, fue increíblemente complaciente y, además, tenía un impecable sentido del tiempo. Vimos guepardos persiguiendo a un antílope, una familia de leones cazando un búfalo, y enormes elefantes de infarto – criaturas tan salvajemente bellas que la cámara nunca podrá hacerles justicia. Observar un elefante salvaje de cerca (estábamos a unos 6 pies de distancia) te hace sentir como si estuvieras en El Señor de los Anillos…. ahora son oficialmente mis animales favoritos sobre la tierra.

 

Índice:
1: Tormenta en el Mara
3: Ñu
8: Carraca Lila
11-13: Leones cazando un búfalo africano
14: El Masai Mara al atardecer

¡Slickforce trae el glamour a la Costa de Amalfi para SHOW Italia!

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Supongo que el sueño de todo fotógrafo es viajar por el mundo y hacer tomas de lugares con una arquitectura atemporal y aguas cristalinas y perfectas. Así que cuando el editor de SHOW me comentó la idea de organizar una sesión internacional para la prometedora modelo Laura Doré, me pareció más que perfecto y sugerí hacer la sesión en Italia.

 

He tenido múltiples excusas para viajar a Italia en los últimos años, comenzando por las tomas para Ciudades bajo Tierra para el Canal Historia a principios de 2008. Desde entonces he vuelto más de 6 veces y me he estado esforzando por mejorar mi italiano en cada viaje. Una vez que el concepto de la revista tuvo luz verde, me puse inmediatamente en “modo productor.”

 

La Costa de Amalfi es mundialmente famosa por su ambiente y paisaje marcadamente europeo así como por sus increíbles vistas. Sabía que no teníamos escasez de lugares donde realizar las tomas, así que me marché una semana antes que el resto del equipo, explorando algunos puntos importantes y asegurando el equipo de iluminación en Roma (tenía la intención de recrear una sesión a escala Slickforce, porque no podía de ninguna manera transportar mi equipo desde Estados Unidos). Una vez que elegí las ubicaciones, me traje a lo mejor de lo mejor desde LA, incluyendo a mi maquilladora y artista Gaby Ramos, al peluquero Al Ingram, a mi ayudante Christian Arias y a la extraordinaria estilista de vestuario, Diana Chan. También contrate ayudantes de Londres e Italia, con los que ya había trabajado en proyectos previos en Europa, ¡ah! y un conductor local con una furgoneta de pasajeros. Alquilamos más de 7 cabañas en el pequeño pueblo costero de Sorrento, donde vivimos durante 5 días.

 

Una vez que nos quitamos de encima la logística masiva, pudimos finalmente concentrarnos en la sesión. Como tengo mi propio sistema, la mayoría de los montajes de iluminación no variaron mucho del trabajo que realizo habitualmente en casa. De lo que estaba muy orgulloso, sin embargo, fue de los montajes en las playas de Capri. Capri es una pequeña isla – y no hay muelles o diques en las playas – así que pusimos todos los equipos en barcos a motor y los cruzamos lo más cerca que pudimos a la costa. Después lo descargamos en balsas inflables, y literalmente llevamos empujando las balsas hasta tierra con los generadores y todo. Este fue el día más duro que he sufrido jamás pero simultáneamente la sesión más divertida y alucinante que haya realizado nunca.

 

Mira con detalle los montajes. ¡Teníamos luces colgando de las rocas, flashes de anillo levitando sobre el mar, e incluso iluminación desde barcos en movimiento! Christian sabía que yo había insistido en hacer tomas atados (aborrezco iluminar a una cámara LCD), así que desarrolló unos herrajes para que los cables de mi portátil y mi Firewire flotaran hasta tierra, mientras que todos nosotros hicimos nuestro trabajo colgados de las rocas o en el agua. Estas tomas me hacen reír porque mi increíble equipo hizo lo mismo que hacen en casa, solo que esta vez estaban en trajes de baño y metidos hasta el ombligo en el agua. Esta es la sesión que todo fotógrafo soñaría hacer – esa que nunca, nunca olvidarás.

 

¡Gracias a SHOW y a Laura Doré por esta oportunidad única y a Christian Arias, Daniela Guerrero, Hayden Phoenix, Steven Feralio y J.P. Monittola por esas increíbles imágenes realizadas detrás de la cámara!

The Salton Sea

Salton Sea

The land that time forgot.

Pues resulta que mi colega Clint Davis, famoso Director de Arte de Import Tuner, me levantó el viernes por la mañana para enseñarme un sitio que le encanta. Y, EN SERIO, la verdad es que sí, no era un farol para nada. The Salton Sea es el sueño de cualquier fotógrafo. Un sitio de mala muerte en medio de ninguna parte. Jodidamente precioso.

 

Os muestro algunas de las imágenes que hice y gracias al Sr. Davis por el consejo (y por conducir 400 millas, eres un bestia, tío)

 

Imagen Nº 1: Caravana destruida.

 

Imagen Nº3:  Una grúa de construcción corroída y podrida cerca del mar. Nunca había visto algo así, y es incluso mucho más increíble de cerca.

 

Imagen Nº7: La costa de Salton Sea es literalmente un cementerio de peces con millas de esqueletos de peces.

 

Imagen Nº9-10: Tienda abandonada al sur de Bombaby Beach. Parece más la Bahía de Guantánamo para el rodaje de Bad Boys 2.

 

Imagen Nº13-14: Un muelle a ninguna parte. Impresionante.

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