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En mi viaje mas reciente a Marruecos, visité el maravilloso pueblo de Chefchaouen. Había visto fotografías de la legendaria villa azul en tarjetas postales y on line, pero verla de cerca es una experiencia muy diferente. El pueblo se encuentra a un lado de las montañas Rif, justo al interior de Tánger en el norte de Marruecos. Fundada en 1471, Chefchaouen ahora es hogar de 35.000 marroquíes.

Si no es obvio al ver las imágenes superiores, todo el pueblo esta pintado azul. Absolutamente todo. Las casas, las puertas, los senderos…y cada una, con una sutil variación en la tonalidad.
Aunque era visualmente impresionante, lo que no me esperaba era el efecto hipnóticamente relajante que causa en la mente de uno el pasear por una ciudad azul. Aparte de sentirme realmente como si estuviera dentro de unos dibujos animados, también me parecía del todo imposible tener cualquier tipo de pensamiento negativo mientras exploraba estos callejones azules llenos de calma.

En la edición número 3 de WMB 3D:World’s Most Beautiful, podrás observar Chefchaouen como si realmente estuvieras allí, perdido en sus laberintos y entradas. Mi sincero agradecimiento a los guías, Karim Tibari, Tarek & Yousef Turner y Moustafa el Habti por la visita personalizada a este pueblo mágico. Consigue tu número de WMB 3D aquí en Saglimbeni Store!

Es difícil no enamorarse de Marruecos después de llevar allí varios días. Casablanca, en gran parte debido a su fama hollywoodiense, evoca escenas cinematográficas de romance y misterio, mientras que Marrakech – con sus encantadores de serpientes, mercados nocturnos y sus bazares de artesanía – parece sacado de una novela de aventuras.

La primera vez que visité Marruecos fue en 2009, y la segunda, recientemente para fotografiar el país en 3D y publicarlo en World’s Most Beautiful. La gente me pareció muy amable, la comida deliciosa y la cultura absolutamente mágica. Con una mezcla de influencias africanas, árabes y europeas, Marruecos es tan diversa en la cultura como lo son las personas y sus paisajes. Las ciudades, de hecho son lo más occidentalizado en Marruecos. Por tanto, decidí dividir mi diario de viaje a Marruecos en cuatro partes.

Este primer segmento se inicia en Casablanca, en la espectacular Mezquita Mohammed V, que domina y se asienta sobre el Océano Atlántico. Luego, viajamos al sur hacia Marrakech, donde visitamos la bulliciosa plaza del mercado Jemaa el’Fnaa. Todavía puedo oler los humeantes puestos de comida y saborear el té de menta. Por último, tuve la oportunidad de jugar con unos cuchillos impresionantemente grandes en el Azlag Dagger Cooperative del El Kelaa Mgouna.

Para descubrir la aventura completa, asegúrate de conseguir tu número de WMB 3D: World’s Most Beautiful para iPhone, iPad, teléfonos y tabletas Android y en la Edicion de Coleccionista .

CRÉDITOS:
Fotos 1-6: Mezquita de Mohammed V, Casablanca
7-13: Los puestos de comida, carros de té y bazares de artesanía en latón de la plaza Jemaa el’Fnaa en Marrakech.
14: “Eso no es un cuchillo, ESTO es un cuchillo.” en El Kelaa Mgouna

La primera vez que vi fotos en la web de la Ciudad de Hielo en Harbin, estuve a punto de perder la cabeza. Nunca había visto tantos colores vivos contrastando con el cielo nocturno. Casi no me podía creer que fuese real.

Hice mi primer viaje en el 2007, y recientemente regresé por segunda vez para fotografiar la ciudad, esta vez en 3D. Harbin es una ciudad de tamaño medio (si, por supuesto, la comparamos con  las ciudades chinas mega-pobladas), situada en el noreste de China. Cada año, llevan a cabo un Festival de Hielo y Nieve, donde crean castillos de tamaño natural, catedrales, laberintos con cuevas y túneles, e incluso algunos restaurantes con calefacción(!), donde se puede hacer una parada para comer. Incluso, me quedé fascinado con un carrito que vendía “brochetas de ¿¿??”, ya que como descubrí rápidamente, en realidad no hay ninguna diferencia discernible de sabor entre la brocheta de carne bajo cero  y la brocheta de fruta bajo cero, o cualquier otra cosa bajo cero.

Pero incluso si no estás demasiado interesado en las brochetas de carne congelada, viajar a Harbin todavía conlleva una gran dosis de aventura. Las temperaturas oscilan alrededor de menos 25 grados centígrados, y cada vez que me quitaba los guantes para intentar un Twitpic, mis manos se entumecían instantáneamente por el frío. También se formaba regularmente condensación en la lente de la cámara, lo cual hacía que disparar las fotos de exposiciones largas, fuera aún más difícil de lo normal. Aquí os dejo un adelanto de mi viaje, aunque estas imágenes tan sólo intentan transmitir la magnitud de las estructuras. ¡Observa las minúsculas siluetas de las personas que aparecen en las tomas! ¡Disfruta!

FOTOS:

1-7: ¡Ciudad de Hielo!
8-9: ¡¡¡Frío!!!
10: ¡Fruta del Dragón!
11: El poco conocido homólogo chino de Starbucks, USABucks.
12: ¡Brocheta de carne congelada!

Recientemente, Sony me invitó a participar como conferenciante en el PhotoImage Brazil. La exposición PhotoImage es la exhibición más grande de fotografía e imagen de Latinoamérica y muestra nuevas e innovadoras tecnologías relacionadas con este arte. La muestra registró este año más de 30.000 visitantes y se celebró entre el 14 al 16 de agosto en São Paulo.

La supervisora de postproducción de Saglimbeni3D, Joyce Park se vino conmigo para compartir esta aventura brasileña, e hicimos dos presentaciones en el stand de Sony sobre los últimos avances en la fotografía 3D. Tuve el placer de conocer y trabajar con un brillante grupo de fotógrafos, incluyendo al pionero digital Pedro Meyer, el reportero gráfico de National Geographic, Reza Deghati y a las estrellas en alza procedentes del Reino Unido, Palmer & Pavel y Andrew Scriven. También conocimos a muchos aspirantes a fotógrafos en la audiencia, algunos de los cuales vinieron a vernos después de anunciar nuestra presencia a través de Twitter y Facebook.

Después del término de la exposición, Joyce y yo nos dirigimos al norte hasta Río de Janeiro para pasar unos días en la playa y visitar lugares de interés. Me enamoré de la ciudad tan solo unos minutos después de llegar. Mi versión del paraíso era lo que precisamente tenía ante mis ojos: unas playas rodeadas por una jungla frondosa y la presencia por todas partes de mercados de frutas y bares con zumos naturales que me hicieron sentir instantáneamente como en casa. Paseamos por las playas de Copacabana e Ipanema el viernes por la noche para descubrir lo físicamente activa que es Río: los carriles bici estaban llenos de corredores y patinadores, y la arena estaba llena de gente de la ciudad corriendo carreras de obstáculos, funambulistas (tienes que verlo para creerlo) y jugadores de voleibol playa. El sábado nos dirigimos a la cima del Pan de Azúcar para quedarnos boquiabiertos con las vistas de la bahía. Fue un viaje demasiado corto para un país tan bonito y tan extenso, pero al mismo tiempo una introducción perfecta para todo lo que Brasil tiene que ofrecernos.

Mi sincero agradecimiento a Sony Brasil y a la directora creativa Astrid Merget de la World Photography Organization por invitarnos a compartir nuestros conocimientos con esta estimada compañía. Nunca olvidaré los paisajes que vimos, los amigos que hicimos ni todo lo que aprendimos durante el viaje. También tengo unas ganas enormes de volver a Rio. Vou sentir saudade, Brasil!

CRÉDITOS: Fotos por Nick Saglimbeni & Joyce Park 

FOTO SUPERIOR: La increíble vista de Rio desde la cima del Pan de Azúcar. Fíjate que la estatua del Cristo Redentor está iluminando en la distancia el cielo desde la cima de su montaña.

FOTO INFERIOR:  (De izquierda a derecha) Pedro Meyer, Astrid Merget, Nick Saglimbeni, Joyce Park, Reza Deghati, Jared Palmer, Pavel Vizner, Andrew Scriven

La noche del 26 de Abril se celebraron en Londres los Premios Sony World Photography, parte de los acontecimientos llevados a cabo durante un mes para el World Photo London en Somerset House. Mi obra Nuclear Summer (imagen superior) fue nominada en su categoría 3D.

Me gusta encontrar siempre alguna excusa para viajar a una de mis ciudades favoritas, así que decidí estar presente en Londres el martes para apoyar el evento y nuestra nominación. Todas las obras de los nominados se exhibieron en Somerset House, en una galería de exposiciones extraordinaria. Fue excitante ver tantos trabajos excepcionales procedentes de varios artistas de gran talento y creatividad. (Mi imagen favorita, en particular, fue una increíble fotografía en blanco y negro de una tormenta de Mitch Dobrowner, que finalmente fue galardonada con el premio L’Iris D’or. (Visita aquí su sitio.)

La noche de la ceremonia de entrega de los premios, los fotógrafos aparecieron todos de etiqueta – un contraste completo con las ceremonias de entrega de premios americanas a las que he asistido – y celebraron los triunfos y obras de todos durante toda la noche. Tuve el honor de recibir el Gran Premio en 3D, más bien como un testamento al duro trabajo de mi increíble equipo Saglimbeni3D, que han pasado los dos últimos años en las trincheras conmigo, desarrollando nuevas cámaras 3D, tecnologías de post-producción y lanzando proyectos en 3D como WMB 3D: World’s Most Beautiful. Quiero dar las gracias en especial a la supervisora de post-producción de Saglimbeni3D, Joyce Park, al director de operaciones Kevin Savarese y al equipo de producción al completo de Slickforce Studio.

Mi más sincero agradecimiento, igualmente, a Sony y las personas de World Photography Organization por reconocer nuestro trabajo. Estamos deseando producir muchos más proyectos 3D en el futuro.

Press photos © 2012 HoneybunnPhotography, Robert Leslie, Duc Le

Nuclear Summer © 2011 Nick Saglimbeni

El sábado pasado estaba en Las Vegas fotografiando el concierto de Paul Oakenfold en Marquee. Por una mágica coincidencia, nuestra entrevista se celebró al mismo tiempo que la Hora de la Tierra. Así que Paul, Christian Arias y yo pudimos observar desde nuestro balcón cómo todas las luces más emblemáticas de Las Vegas se apagaron una a una. (Bueno, todos los casinos importantes excepto Treasure Island). Me quedé atónito por la cantidad de luz ambiental que todavía había en la calle y en los alrededores de la ciudad, aún con el efecto del apagón, lo que me proporcionó algunas exposiciones realmente salvajes. ¡Disfrútalas!

Maasai Mara: The men of Oltepesi village perform the Moran dance to display their strength as tribal warriors.

The infamous red elephants of Tsavo square off to protect their young.

Amboseli: Morning clouds part to reveal Mt. Kilimanjaro behind the acacia trees

Justo antes de las vacaciones, tuve el placer de volver a uno de mis sitios favoritos en el mundo – Kenia_ realizando un reportaje para el Número 2 de WMB 3D. Me reuní con mi buen amigo Ali de Vumbi Jeep Safaris, y nos embarcamos en un vertiginoso viaje por todo el país. Visité a mis amigos Maasai en Oltepesi que descubrí en mi primer viaje a Kenia, y después estuvimos explorando la vida salvaje, captando momentos impresionantes en un increíble 3D. Para ver la galería completa de imágenes tanto en 2D (la familia de elefantes) y en 3D (como por ejemplo la tribu Maasai mostrada en la imagen superior), consigue tu copia del Número 2 de WMB 3D, y echa un vistazo al video realizado detrás de las cámaras sobre toda nuestras aventura.

Aún recuerdo cuando me iba haciendo más mayor, viendo el desfile de Miss Universo, siempre pensaba ” ¿Por qué Miss Venezuela es siempre tan sexy?” Estaba claro, ya desde entonces, que mi primer viaje a Sudamérica iba a ser a Venezuela.

No sabía demasiado sobre el país antes de mi viaje, tan solo que probablemente iba a encontrarme con paisajes maravillosos e incluso personas muy atractivas. Y estuve acertado en ambas cosas. Los venezolanos son extremadamente amables y abiertos y el tiempo fue…bueno, diría perfecto, pero cuando te encuentras justo encima del ecuador, a veces es tan húmedo y hace tanto calor que sudas hasta por las cejas. Así que digamos casi perfecto.

Aunque todo el país en general es impresionante, encontré algunos lugares absolutamente mágicos. El primero, fue que todavía existen playas secretas, como en aquella película de Leonardo de Caprio, The Beach. Cogimos un barco en la costa y nos encaminamos a mar abierto en dirección hacia Puerto Rico. En el camino, pasamos un escalofriante santuario de aves en una isla enorme dónde está estrictamente prohibida la presencia humana. Intentad imaginaos esto: miles de pájaros circulando en una isla, aves de todo tipo, colores y tamaños. Además había unas con aspecto de buitres agresivos (lo siento, no soy ornitólogo) haciendo guardia alrededor de todo el perímetro de la isla. Te miraban como diciendo, “Sabes que aquí no puedes entrar, ¿verdad? ¡Así que andando!” Si mirabas por encima de los terribles vigilantes (imágenes superiores), era como Parque Jurásico por dentro. Aves jugando, persiguiéndose unas a otras sin importarles el mundo.

Pasamos el reino de las aves y continuamos en el barco unos 30 minutos más y entonces, un pequeño punto apareció en el horizonte y pronto se convirtió en una isla y según nos íbamos acercando se veía un montón de gente de fiesta en el océano que rodeaba esta isla. De nuevo, no en la playa, sino en el agua cristalina del océano. Lo más sorprendente es que estaban bebiendo licor, sirviendo comida y hasta vendiendo bisutería y gafas de sol con bandejas de espuma en el océano. ¡Incluso un tipo pasó mi tarjeta de crédito desde una bandeja flotante! ¿Cómo es posible? Era una comunidad entera en el mar… como Atlantis, pero sin las sirenas y los castillos debajo del agua. Así que si Atlantis tuviera una pequeña sucursal, sería seguramente así. Desde luego… mágica.

El siguiente acontecimiento visual increíble, que ocurrió completamente por casualidad, fue una sorprendente tormenta eléctrica, de las que nunca había visto en mi vida. Comenzó alrededor de las 2am, así que me subí a la azotea de mi hotel e hice algunas exposiciones prolongadas. A posteriori, ojalá hubiera podido acercarme más (¡con las lentes, idiota!) pero nunca sabes donde va a estallar la luz así que decidí abarcar las tomas con bastante amplitud.

Tenía la esperanza de visitar las Cataratas Angel, que son las más altas del mundo, pero cuando descubrí que llevaba una semana completa ir y volver con muchos tramos de trekking, comprobé que no tenía tiempo suficiente en este viaje. Así que estoy deseando volver de nuevo.

Mi agradecimiento especial a las maravillosas Daniela y Dayda por ocuparse de mi en Valencia y a Roberto por la estancia en Tuacacas. Tengo la suerte de tener un gran número de amigos maravillosos en todo el mundo.

 

Aunque ciertamente encontré mi safari y mi experiencia viviendo con los Maasai absolutamente indescriptibles, debo confesar que si tuviera que resumir mi viaje a Kenia en una palabra, la respuesta sería muy sencilla: monos.

Mi cabaña en la playa, a pesar de estar a pocos pasos del Oceáno Índico, estaba rodeada de árboles gigantes – palmeras, baobas y manglares – que eran los hogares de un montón de familias de monos. Éstos son siniestramente inteligentes, y te observan – te estudian – como si fueran mini-humanos cínicos, intentando determinar si eres algo de lo que deban tener miedo o no. Para mi sorpresa, me hice amigo de algunos de los monos Sykes grises – los monos Colobus blancos y negros no me prestaban demasiada atención. Al final de mi viaje, podía entrar en el porche de la cabaña, hacer un tipo de llamada salvaje y media docena de monos aproximadamente literalmente se dejaban caer de los árboles colgados de sus colas en el porche. Se sentaban allí, esperando pacientemente, como los perros pero sin ladrar, hasta que sacaba fruta de una bolsa – que la cogían de mi mano y luego se sentaban tranquilamente para comérsela. Nunca había visto algo parecido. Totalmente encantados comían bananas, manzanas….e incluso ¡galletas! La pura interacción solo con los monos dejó mi experiencia en el safari más como algo puramente turístico.

Decidí también hacer una visita a Kaya Kinondo, uno de los bosques sagrados secretos en los que está inspirada Avatar. Los árboles no parecían de este mundo, con raíces creciendo en todas direcciones, incluso hacia arriba. El bosque contenía árboles medicinales, plantas y especias utilizadas para cocinar e incluso algún follaje utilizado para los rituales de los dioses. Era un lugar en paz, y ahora entiendo por qué generaciones de las tribus Digo han encontrado su centro espiritual aquí.

Cuando volví a mi cabaña en la playa esa noche, me encontré el sitio todo revuelto y supe que alguien había entrado. Extrañamente, mi cámara y mi portátil estaban allí, pero tiradas por los muebles había mondas de bananas. ¿Quién había entrado en mi casa, pensé, que se había comido todas mis bananas y había dejado una Canon 5D? ¡Estaba claro! Me habían robado los monos!

ÍNDICE:
Imágenes superiores: Kaya Kinondo, Un mono Sykes comiendo mis galletas
1-5: Kaya Kindondo, el bosque secreto
6: Mi cabaña en la playa en Diani
7: Monos Colobus blancos y negros
8-14: Mis amigos Sykes comiendose toda mi comida

Puedo afirmar con seguridad que la costa keniata es lo más cercano al paraíso que he visto. Después de mis excursiones alrededor de Nairobi y más hacia el interior, decidí dirigirme a la costa buscando algo más de tranquilidad. Cogí un tren nocturno  de Nairobi a Mombasa, que fue sorprendente… en uno de esos coche-litera desvencijados… me sentía como si estuviera en el Orient Express. Para mi gusto, Mombasa era un lugar demasiado comercial y con mucha gente, así que me dirigí hacia el sur a la playa de Diani, a una hora más o menos de la frontera con Tanzania. Una vez allí, supe en unos minutos que había encontrado exactamente lo que estaba buscando.

Alquilé una cabaña en la playa con dos habitaciones, a tan solo unos pasos del Océano Índico, por menos de $50/noche. No me lo podía creer. Todas las mañanas, un pescador llamado Ali venía a la puerta y me vendía pescado fresco y compraba frutas y verduras directamente de los granjeros locales. Nunca había probado la fruta de la pasión e instantáneamente se ha convertido en mi fruta favorita para siempre. Era el menú más saludable que jamás haya comido. Alrededor de Diani había muchos santuarios salvajes. Entre ellos se encontraba Shimba Hills, donde logré ver el raro ejemplar del antílope negro, que se encuentra en solo dos lugares del mundo. De todos modos, tuve que recordarme a mí mismo que había venido aquí a relajarme, así que decidí no quemarme intentando ver demasiado.

Las playas eran perfectas, largas, de arena blanca y ni un alma en ellas, salvo algunos vendedores de baratijas. El océano estaba increíblemente caliente, así que cuando no estaba relajado en la playa, me dedicaba a bucear durante horas. Hice un montón de amigos en Diani – la gente es realmente sincera y hospitalaria. Incluso logré encontrar un grupo parecido al de mis amigos en casa, lo que a menudo me hacia olvidar que estaba al otro lado del globo.

No hay palabras para describir las noches en la costa. Simplemente, echa un vistazo a las imágenes y comprenderás por qué. No había prácticamente ninguna luz que contaminara la visión de las estrellas más brillantes y la realización de la fotografía astral más increíble. Cada noche iba a ciegas desde mi cabaña a la playa, donde montaba mi cámara para hacer unas tomas nocturnas indescriptibles. No me podía creer las exposiciones que estaba consiguiendo. Todo ello consolidó aun más mi amor por Kenia.

Tutaonana, inshallah.

ÍNDICE:
1-4: Tren nocturno hacia Mombasa, la segunda toma es una exposición de 30 segundos a las 3am.
5-8: Shimba Hills, saltamontes, antílope negro, elefantes
9: Mi cabaña en Diani
10: La vista desde mi casa en la playa
11-15: Mi santuario oculto, playas de arena blanca
16: Mis amigos en Diani: Didi, Gitz, Sidney, Ali Khan
17-21: Atardecer en la costa keniata