Diario de Viaje: VENEZUELA – Días de Ocio & La Tormenta Perfecta
Aún recuerdo cuando me iba haciendo más mayor, viendo el desfile de Miss Universo, siempre pensaba ” ¿Por qué Miss Venezuela es siempre tan sexy?” Estaba claro, ya desde entonces, que mi primer viaje a Sudamérica iba a ser a Venezuela.
No sabía demasiado sobre el país antes de mi viaje, tan solo que probablemente iba a encontrarme con paisajes maravillosos e incluso personas muy atractivas. Y estuve acertado en ambas cosas. Los venezolanos son extremadamente amables y abiertos y el tiempo fue…bueno, diría perfecto, pero cuando te encuentras justo encima del ecuador, a veces es tan húmedo y hace tanto calor que sudas hasta por las cejas. Así que digamos casi perfecto.
Aunque todo el país en general es impresionante, encontré algunos lugares absolutamente mágicos. El primero, fue que todavía existen playas secretas, como en aquella película de Leonardo de Caprio, The Beach. Cogimos un barco en la costa y nos encaminamos a mar abierto en dirección hacia Puerto Rico. En el camino, pasamos un escalofriante santuario de aves en una isla enorme dónde está estrictamente prohibida la presencia humana. Intentad imaginaos esto: miles de pájaros circulando en una isla, aves de todo tipo, colores y tamaños. Además había unas con aspecto de buitres agresivos (lo siento, no soy ornitólogo) haciendo guardia alrededor de todo el perímetro de la isla. Te miraban como diciendo, “Sabes que aquí no puedes entrar, ¿verdad? ¡Así que andando!” Si mirabas por encima de los terribles vigilantes (imágenes superiores), era como Parque Jurásico por dentro. Aves jugando, persiguiéndose unas a otras sin importarles el mundo.
Pasamos el reino de las aves y continuamos en el barco unos 30 minutos más y entonces, un pequeño punto apareció en el horizonte y pronto se convirtió en una isla y según nos íbamos acercando se veía un montón de gente de fiesta en el océano que rodeaba esta isla. De nuevo, no en la playa, sino en el agua cristalina del océano. Lo más sorprendente es que estaban bebiendo licor, sirviendo comida y hasta vendiendo bisutería y gafas de sol con bandejas de espuma en el océano. ¡Incluso un tipo pasó mi tarjeta de crédito desde una bandeja flotante! ¿Cómo es posible? Era una comunidad entera en el mar… como Atlantis, pero sin las sirenas y los castillos debajo del agua. Así que si Atlantis tuviera una pequeña sucursal, sería seguramente así. Desde luego… mágica.
El siguiente acontecimiento visual increíble, que ocurrió completamente por casualidad, fue una sorprendente tormenta eléctrica, de las que nunca había visto en mi vida. Comenzó alrededor de las 2am, así que me subí a la azotea de mi hotel e hice algunas exposiciones prolongadas. A posteriori, ojalá hubiera podido acercarme más (¡con las lentes, idiota!) pero nunca sabes donde va a estallar la luz así que decidí abarcar las tomas con bastante amplitud.
Tenía la esperanza de visitar las Cataratas Angel, que son las más altas del mundo, pero cuando descubrí que llevaba una semana completa ir y volver con muchos tramos de trekking, comprobé que no tenía tiempo suficiente en este viaje. Así que estoy deseando volver de nuevo.
Mi agradecimiento especial a las maravillosas Daniela y Dayda por ocuparse de mi en Valencia y a Roberto por la estancia en Tuacacas. Tengo la suerte de tener un gran número de amigos maravillosos en todo el mundo.
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