Yo sólo trabajé con Kimberly Pletz unas cuantas veces, y curiosamente, las imágenes que me ayudó a crear siguen siendo algunas de mis favoritas hasta ahora. Solo necesitabas conocer a Kim una vez para acordarte de ella toda la vida. Era como una bola de fuego llena de energía con un retorcido sentido del humor que, o te hacía partirte de risa o bien, te hacía salir corriendo. De cualquier manera, te mantenía siempre en vilo.

Kim maquilló tres de mis primeras sesiones fotográficas de moda más importantes: Skid Row Princess, Castle Diva, y una presentación con la modelo Donna Feldman. Cada uno de estos proyectos produjeron imágenes que permanecen en mi portfolio, hasta el día de hoy. Creó ojos maravillosamente difuminados entre paletas de colores llamativos, y nunca se intimidaba por un desafío. Era una artista, una visionaria, y una amiga. Lamentablemente, Kim falleció a principios de esta semana. Hacía años que no hablaba con ella- y como la vida acostumbra a recordarnos siempre – muchas veces no tenemos la oportunidad de decir adiós.

Por lo tanto, mi adiós a Kim es una mirada hacia el trabajo que hicimos juntos. El mundo ha perdido a una artista increíble, y tal vez aún más raro, una personalidad inolvidable. Descanse en paz, Kimberly Pletz.