Diario de Viaje 2010: KENIA – Bosques Sagrados y Monos

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Aunque ciertamente encontré mi safari y mi experiencia viviendo con los Maasai absolutamente indescriptibles, debo confesar que si tuviera que resumir mi viaje a Kenia en una palabra, la respuesta sería muy sencilla: monos.

 

Mi cabaña en la playa, a pesar de estar a pocos pasos del Oceáno Índico, estaba rodeada de árboles gigantes – palmeras, baobas y manglares – que eran los hogares de un montón de familias de monos. Éstos son siniestramente inteligentes, y te observan – te estudian – como si fueran mini-humanos cínicos, intentando determinar si eres algo de lo que deban tener miedo o no. Para mi sorpresa, me hice amigo de algunos de los monos Sykes grises – los monos Colobus blancos y negros no me prestaban demasiada atención. Al final de mi viaje, podía entrar en el porche de la cabaña, hacer un tipo de llamada salvaje y media docena de monos aproximadamente literalmente se dejaban caer de los árboles colgados de sus colas en el porche. Se sentaban allí, esperando pacientemente, como los perros pero sin ladrar, hasta que sacaba fruta de una bolsa – que la cogían de mi mano y luego se sentaban tranquilamente para comérsela. Nunca había visto algo parecido. Totalmente encantados comían bananas, manzanas….e incluso ¡galletas! La pura interacción solo con los monos dejó mi experiencia en el safari más como algo puramente turístico.

 

Decidí también hacer una visita a Kaya Kinondo, uno de los bosques sagrados secretos en los que está inspirada Avatar. Los árboles no parecían de este mundo, con raíces creciendo en todas direcciones, incluso hacia arriba. El bosque contenía árboles medicinales, plantas y especias utilizadas para cocinar e incluso algún follaje utilizado para los rituales de los dioses. Era un lugar en paz, y ahora entiendo por qué generaciones de las tribus Digo han encontrado su centro espiritual aquí.

 

Cuando volví a mi cabaña en la playa esa noche, me encontré el sitio todo revuelto y supe que alguien había entrado. Extrañamente, mi cámara y mi portátil estaban allí, pero tiradas por los muebles había mondas de bananas. ¿Quién había entrado en mi casa, pensé, que se había comido todas mis bananas y había dejado una Canon 5D? ¡Estaba claro! Me habían robado los monos!

 

ÍNDICE:
Imágenes superiores: Kaya Kinondo, Un mono Sykes comiendo mis galletas
1-5: Kaya Kindondo, el bosque secreto
6: Mi cabaña en la playa en Diani
7: Monos Colobus blancos y negros
8-14: Mis amigos Sykes comiendose toda mi comida

 

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